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Claraboya

Abstracto

Casi cada mañana coincidíamos, primero en el portal, luego en el autobús y por último en el ascensor de la empresa.

Su traje gris, aunque a veces lo llevará de otro color, su mirada también gris, aunque en realidad tenía los ojos azules, y lo más curioso su maletín, que también era gris, aunque su piel marrón se empeñaba en conjuntar con sus zapatos también grises.

Nunca contesto a mi saludo, nunca levantó más que lo imprescindible su mirada del diario. El era gris.... pero yo a todas luces era invisible.

Una vez salía del ascensor mi invisibilidad, se llenaba de formas, colores y volvía a la realidad. El no estoy segura, pero a veces a unos despachos de distancia una sombra parecía bailar al ritmo del tiempo.

En esa mañana fría de enero, ambos habíamos coincidido de forma casual a una hora más temprana de lo habitual, las calles desiertas, el autobús con dos únicos ocupantes, con un conductor distinto, y el ascensor de la empresa, dormitando en la planta baja, pero con sus puertas abiertas, en actitud acogedora.

Un destello en su mirada me hizo pensar al entrar en el ascensor que no entraba sólo, yo estaba con él, una lenta sacudida y una luz de emergencia que se encendió en el interior dominado por la repentina oscuridad, me hizo pensar.... que......., pero deje de pensar cuando pausadamente pronunció mi nombre y en aquella oscuridad pude ver un paraíso de colores donde minutos antes sólo existían sombras.

Brisa Urbana

11 comentarios

Brisa -

Moonsa: Jo! mira que quedarte encerrada tú sóla, al leer la primera frase, esperaba otra historía....:))Bromas aparte debe ser como para un susto :( XDD

Esquivando: Eso suele pasar, suerte que a mí ese día me vieron.... :D, pero hay otros días que.... /Saluditos.

Esquivando -

Y da la casualidad de que solemos ser invisibles para quien no queremos serlo... Un saludo.

Moonsa -

Yo sí me he quedado encerrada en un ascensor una vez! Pero soooola, y tengo claustrofobia! O sea que fue poco rato porque entre timbrazos de alarma y berridos, vinieron enseguida a rescatarme XDDD

Brisa -

Lunita: Es sölo un relato.... pero en forma de metáfora y aunque fisicamente no me he quedado nunca encerrada en un ascensor con nadie, ni he encontrado el elixir que me permita ser invisible, en alguna ocasión me he sentido como su protagonista.Besos

Hija de la Luna -

Vaya, última de nuevo. Esto me pasa por pernoctar...
La invisibilidad, si te la tomas como una opción, puede ser toda una bendición, pero si no lo es... bueno, q yo soy la q se disfraza, no es agradable ver q nadie te ve.
supongo que el hombre gris tb se sentiría invisible, enfundado en su metárofa de color indefinido, y que ambos os sentísteis descubiertos en un mismo instante, en aquel ascensor...
Un besote!

Brisa -

No si... yo también estuve tentada de continuarla, pero no me atreví a escribir lo que mis duendecillos me pedian. XDDDDD :))

Miramar, si que pueden ser un peligro :D, sobre todo según con quien te quedes encerrado.... :))

Corazón, Para mi la comunicación es muy importante, la de cosas que nos perdemos por falta de ella....
J* :)) Glub!! Glub!! :))

El Fugitivo: Alguna vez igual no estaría tan mal poderse hacer invisible, pero no me gusta sentirme invisible, :-)

El fugitivo -

Si, no somos invisibles.
Aúnque a veces lo podemos parecer ;-)

J* -

Nos miran ¬¬

Corazòn... -

Mira...cuantas veces ha pasado, que pensamos que la gente no observa nada nuestro, que pasamos desapercibidos, cuando en realidad no es asì...
Esta ha sido una clara lecciòn de que no somos invisibles... e igual hay gente que sabe q existimos...Un saludo.
;o)

Miramar -

Siempre dije que los ascensores son lugares peligrosos, y sino, fíjate la cantidad de cosas que pueden pasar en ellos.

¿Alguién se quedó alguna vez encerrado en uno de ellos?

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Moonsa -

No sigue? Porque a mi me has puesto en situación de que se me vaya mucho la flapa con la historia XDDD.