Blogia
Claraboya

La caja de los deseos incumplidos o reciclando sueños

La caja de los deseos incumplidos o reciclando sueños

Porque los besos que no te dan, seguramente los reciben otros.

He buscado unas cajas, ni demasiado grandes, ni demasiado pequeñas, unas láminas de embalar, de esas con las que luego te entretienes petando las burbujitas de aire y que evitan que se rompan los corazones frágiles, una dosis de humildad en forma de precinto y me he preparado una rica taza de chocolate para mojar las ganas en ella y luego así como quien no quiere la cosa, pero sin mirar para otro lado, me he puesto a hacer una selección de todos esos deseos que durante este curso he sentido incumplidos, porque para ser realista y dejar de pecar de ingenua, seguramente es absurdo seguir creyendo que se cumplirán.

Creo que los sueños, llevan fecha de caducidad, aunque no siempre seamos capaces de encontrarla, algo en nosotros nos dice que cuando la descubramos será demasiado tarde, sentiremos sus efectos secundarios en el peor momento y la falta de energía tal vez nos lleve a no crear de nuevos.

Así que he decidido hacer una especie de balance, agradecer todas las pequeñas maravillas que he logrado experimentar en este año, todos los pequeños aprendizajes que he conseguido integrar, cada pequeña frustración, miedo y límite, que he podido superar, todo el amor que he sido capaz de sentir y de compartir. Perdonar los errores, guardar en esa especie de cajón de sastre, las decepciones, desilusiones, tristezas y entregarlas al universo, para que su máquina de reciclar mantenga mi pequeño planeta en armonía.

Después de poner un poco de orden, me declaro en vacaciones. Soltar, aunque sea levemente algún apego, siempre produce en mí esa sensación familiar de ligereza y decido salir a caminar para sin contar los pasos, empezar nuevos caminos, sin necesidad de partir del principio.

Bienvenido agosto ¡¡

Brisa Urbana

0 comentarios