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Claraboya

Punto de mira

Punto de mira

Sientes una especie de sensación en el estómago, como de pasos extraviados, invisibles, apenas tangibles, pero tu intución detecta que algo está sucediendo en tu interior...

Abres los ojos de forma inusitada, como si desearas hacerlos más grandes, tanto que casi consigues que te duelan. Miras a tu alrededor, crees que todo el mundo va a percibir esa especie de lupa que a modo de imán, te va acercando una a una las miradas que te rodean, casi puedes sentir sus alientos, pero no te mueves, tal vez porque ninguna de ellas, parece poder transpasar esa coraza que marca los límites de territorio de tu espacio vital.

Empiezas a sentir una necesidad casi sublime de mirarte al espejo, como si a tu través, pudieras encontrar esa respuesta que tanto anhelas, avanzas lentamente, como si de pronto tus pequeños pies, se hubieran transformado en algo distinto, pesado, carente de sentido, ni dirección, solo la fuerza de la voluntad férrea de tu convinción, te ayuda a lograr tu propósito, llegas. Te situas justo frente a ti y un halo de valentía dirige tu mirada a ese ser que te mira con tu ternura, pero tú aun no lo sabes.

Así solo moviéndote en el espacio seguro de tu entorno, ese, que aparece cuando deja de existir todo lo demás, decides ponerte en el punto de mira de tu propio corazón y así de cerca,  mirándote fijamente a los ojos, te decides a escucharlo. A partir de ese momento empiezan a llegar a través del silencio todas palabras sin necesidad de abrir la boca para pronunciarlas.

Brisa Urbana

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