Transformarse
Ya no me valen ni las quejas ni los juicios baratos y rápidos, en realidad ya no me valen los juicios, creo que los jueces son verdugos encubiertos y no, no me estoy refiriendo a esos que son jueces declarados, que visten con toga, me estoy refiriendo a cada uno de nosotros que ejercemos sin cobrar o cobrando a través del dolor ajeno.
Enjuiciar sin necesidad de un título que nos ampare, es algo que la mayoría de nosotros hacemos con total impunidad, estamos usurpando un puesto que no nos corresponde y lo que es peor que nuestra sociedad no necesita para nada, nos atrevemos a juzgar la ropa, la sexualidad, la belleza, las capacidades, la manera de hacer, de sentir, de mostrarse, de existir de nuestros congéneres y nos quedamos enredados en nuestras palabras, sin darnos cuenta del veneno que vertemos en la vida que respiramos, mientras nos matamos lentamente, sucumbiendo al sopor que nuestra maldad genera.
¡¡Basta ya!! Propongo ser conscientes de nuestra falta de ecología humana y reciclarnos en el amor para ver si de alguna manera logramos ser reutilizables para que un mundo mejor sea posible ¿Te apuntas?
Brisa Urbana
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