Rojo como tus labios
"Anoche me traje el mar a casa, ceñido a mi cintura, envuelto en alguna mirada tomada del recuerdo, azul, seguro, bravo, sereno, mecida entre sus aguas me deje arropar en un suave sueño de algodón, no se que fue primero si el beso de tus labios despertándome o la cálida oleada de amor en mi interior, solo se, que vivir cerca del mar es un regalo...."
El párrafo que he escrito ahí arriba sobre la marcha, es un sentimiento, así es como me he sentido hoy al despertar, despertar es un hermoso regalo por si solo, que uno elige aceptar o rechazar, como tantas otras cosas que hacemos día a día sin apenas prestarles atención o a veces lo que es peor, lo aceptamos como si fuera una obligación y lo disfrutamos a regañadientes, sin ponerle ningún valor, sin dar las gracias, sin sentirnos tan siquiera un poco especiales por merecer tan bonita ofrenda.
Ese antifaz es precioso, sugerente, invita a desear buscar la mirada que se oculta en su interior, pero hoy no lo necesito, por eso me lo quito, quizás porque siento que curiosamente las cosas más hermosas de la vida no están ocultas, están al alcance de nuestra mano, solo hay que estar atentos mirarlas, tomarlas, disfrutarlas y agradecerlas.
Brisa Urbana
Imagen: Maribel Moreno. Un regalo de Clo, gracias
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