Cuando me escuchas
Alguna vez me he sentido tentada de inventar una historia, para alimentar con ella un silencio perdido en el vacío de la memoria olvidada de algún muerto y es que para estar muerto no es necesario dejar de estar vivo, pero los sordos no oyen las palabras, no saben leer los signos del alma, no creen en el lenguaje de las miradas y se pierden en la soledad de su mundo de atardeceres sin origen.
Pero las historias de otros no nos sirven, podemos vaciarnos de las nuestras, para crear espacios que nos permitan crear de nuevas y sin embargo cuantas de las ideas, de las creencias, de las emociones, de los límites, de las etiquetas, pero sobre todo de los sentimientos que defendemos, que seguimos desde una supuesta libertad, son realmente nuestros y cuantas las inventaron otros y en un copy y pega nos las colocaron como un chip prodigioso, que nos convierte en una especie de robots de un mundo infeliz.
Hoy he caminado hasta encontrar un banco como ese, he traspasado la línea de la realidad para sumergirme en el amanecer de la fotografía, eran las tres de la tarde, cuando después de las palabras, de destapar mis sentimientos ante mí misma, para tomar conciencia de ellos, de poder hablar sin necesidad de decir nada, de poder mirar en silencio, abandonarme a la belleza y a las caricias del sol, he recordado que sentir puede marcar la diferencia, que las historias nacen de un solo instante y aunque en ese instante pueda parecer que no hay nadie más, es cuando más acompañados nos podemos sentir.
Brisa Urbana
Imagen : J.R Gracias....
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