Viajar
¿Que refleja nuestra esencia más íntima... ?
¿Cuantos de mis días no vividos, se deslizarán entre las aguas oscuras de las alcantarillas, acercándose al océano de la muerte?
Pero hoy, siento la paz que da la confianza, la belleza que se refleja en mi mirada cuando se detiene en la tuya. Hoy, siento un cosquilleo de placer, que me recorre tramo a tramo la piel, dejándome el rastro húmedo de la huella de tus labios. Hoy, siento mis manos entrelazadas a las tuyas, aunque estemos en distinta habitación. Hoy realmente siento que viajo sin necesidad de avanzar. Hoy, vuelvo a escribir con la punta del corazón, recién afilada, con la frescura y la energía que se siente al respirar profundamente, sin apego al aire y me siento crecida como se crece el amor cuando se ama incondicionalmente.
¿Imaginas... Imaginas que deseará contener el aire, por miedo a que se terminará...?
Respiro y mientras lo hago, agradezco ese aire fresco que me acaricia por dentro y me da vida y lo dejo salir, sin apegos. Hoy viajo ligera de equipaje, tal vez por eso me siento volar entre el cielo y la tierra, entre tu corazón y el mío.
Gracias por escucharme, por viajar conmigo, por ayudarme a llevar en algunos tramos la mochila, por hacerme sentir que es fácil interpretar los planos, por recordarme, que el mapa no es el territorio.
Claraboya ha cumplido en el mes de abril cuatro años y a través de ella ha pasado tanta luz que en más de una ocasión, me he sentido deslumbrada por su belleza, a cada una de vuestras luces gracias. A ti que hace tiempo que no nos sabemos de alguna manera te sigo sabiendo porque hace tiempo que formas parte de mi.
Brisa Urbana
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