Ternura, entre dos o más

Es difícil pensar, mirar, observar la ternura pasivamente, porqué por el mero hecho de contemplar una escena que produce en ti ese sentimiento, te transformas y comienzas a sentirla en tu interior y a formar parte del hecho que la ha generado.

Seguramente si hiciéramos una encuesta, los bebes, los ancianos y los animales, son quienes más frecuentemente producen en nosotros ese efecto, que aviva una sensación de unión, de empatía, que nos empuja a cerrar los ojos, para intensificar el momento.

Parece que pasada una edad, que se acorta en el tiempo, dejamos de ser naturales, de fluir, de sonreír a alguien, solo porque nos gusta cómo nos mira, lo que nos transmite, solo porque nos encanta que nos devuelva la sonrisa, pensamos en qué pensarán si lo hacemos, hasta que cae en el olvido.

La ternura no está reñida con la fortaleza, no necesitamos excusas para mostrar nuestro lado más cálido, más amable. No siempre vamos a disponer de un bebe cerca, pero el mundo está lleno de iguales diferentes, con quienes ponernos en marcha de nuevo.

"Un abrazo"

Brisa Urbana

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