¡¡Tengo un regalo para tí !!
No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.
Oscar Wilde
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A veces me he preguntado si en verdad sentimos esa necesidad de escucharnos a nosotros mismos, de sentir nuestra voz, de reencontrarnos con nuestras propias palabras, de sentir que somos importantes por el hecho de transmitir sonidos, que se condensan en una voz, tal vez se trata simplemente de oír nuestro sonido más hermoso, el sonido del alma, porque quien sabe, si la mirada es el espejo del alma, puede que la voz sea su sonido.
Voy a parar el tiempo, para regalarte un trocito del mío, y como si fueras la única persona capaz de pronunciar una palabra, voy a mirar tus palabras, a saborearlas, a acariciarlas, a sentirlas, a vivirlas, a hacerme una con ellas. Voy a dejar que se evaporen mis otros pensamientos, a dejarlos pasar, por que así mientras te miro, me miro, mientras te escucho, me escucho, mientras te acerco me acerco.
Hoy no se me ocurre mejor forma de prestarte y prestarme atención que escucharte, es mi forma de demostrarte que tu eres importante para mí, que te valoro, y seguramente mientras lo hago encontraré lo que ando buscando. Gracias por eso!
¿A que suena tu alma? ¿Te gusta su sonido? Es fácil que suene suave, dulce, sensual, solo debes aderezarla con los ingredientes adecuados. ¿Me pasas tú receta?
Brisa Urbana