El perdón
"Anoche reflexionaba sobre lo difícil que a veces me resulta el perdón, a pesar de que nunca me he sentido rencorosa, a pesar de ser capaz de decir te perdono y desearlo desde el corazón, a pesar de tener claro el hecho de no estar siendo justa, de que al no lograr hacerlo, estoy juzgando el error de otro, incluso a pesar de necesitar perdonar, porque a veces en mí, se llega a convertir en una necesidad vital para lograr sentirme en equilibrio conmigo misma"
Luego de esta reflexión que tuvo lugar hace unos días, y que es evidente se refería a un perdón sin residuos, ni efectos secundarios, sucedió algo que me hizo ver con claridad la causa de mi dificultad. Me di cuenta de que no lograba perdonarme a mí misma, porque es evidente que yo había incurrido también en mi propio error, que directa o indirectamente había provocado la situación. Me di cuenta de que quizás me costaba perdonarme mis propios errores y defectos, que necesitaba ser más flexible con mi propia imperfección, exigirme quizás un poco menos.... y de esa manera poder llegar a hacerlo con los otros, permitiendo que las cosas sucedan sin producir tanto dolor.
Aceptar como somos, para así poder aceptar a los demás, no medir su manera de actuar según el baremo de nuestras expectativas, pueden ser dos buenas pautas para comenzar ese arduo camino hacía el perdón verdadero.
Gracias Utopía por esa imagen a medias
Brisa Urbana
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