Colores
El vagón de metro estaba repleto de gente, aún así sus puertas se abrieron, de su interior no salió nadie, nadie hablo, no hubieron comentarios, ni una queja. El pasajero situado en el anden justo detrás de mí, decidido, ignoro mi presencia, y me traslado literalmente a una pequeña cavidad existente entre otros dos pasajeros, él subió detrás.
Nadie pareció darse cuenta de su increíble hazaña, de mí presencia. Por un momento pensé que estaba siendo víctima de una conspiración, querían hacerme pensar que era invisible para ellos, busque la cámara indiscreta, pero no la encontré.
De forma autómata los pasajeros subían y bajaban en las diferentes estaciones, pude apreciar alguna mirada que desconfiada trazaba un pequeño circulo imaginario a su alrededor, nadie lo traspasaba a pesar de la escasez de espacio.
Mi mirada una vez adaptada al gris del paisaje buscó ávidamente.
En uno de los asientos por fin encontró........., era una mirada experimentada, enmarcada en unas cejas blancas, y un corazón sabio en el que por un momento creí mirarme. La mirada del anciano me interpeló, había leído la angustia en mi mirada, me sonrió y al sonreírme mi mirada le respondió, otro pasajero escuchó nuestra conversación sin palabras, él también sonrió, su ropa era de color.
La próxima estación era la mía, se abrieron las puertas, un grupo de niños entró jugando, riendo y hablando en el vagón, eche una última mirada antes de que se cerrarán las puertas y vi muchos colores, por unos segundos disfruté del contraste.
Brisa Urbana
Nadie pareció darse cuenta de su increíble hazaña, de mí presencia. Por un momento pensé que estaba siendo víctima de una conspiración, querían hacerme pensar que era invisible para ellos, busque la cámara indiscreta, pero no la encontré.
De forma autómata los pasajeros subían y bajaban en las diferentes estaciones, pude apreciar alguna mirada que desconfiada trazaba un pequeño circulo imaginario a su alrededor, nadie lo traspasaba a pesar de la escasez de espacio.
Mi mirada una vez adaptada al gris del paisaje buscó ávidamente.
En uno de los asientos por fin encontró........., era una mirada experimentada, enmarcada en unas cejas blancas, y un corazón sabio en el que por un momento creí mirarme. La mirada del anciano me interpeló, había leído la angustia en mi mirada, me sonrió y al sonreírme mi mirada le respondió, otro pasajero escuchó nuestra conversación sin palabras, él también sonrió, su ropa era de color.
La próxima estación era la mía, se abrieron las puertas, un grupo de niños entró jugando, riendo y hablando en el vagón, eche una última mirada antes de que se cerrarán las puertas y vi muchos colores, por unos segundos disfruté del contraste.
Brisa Urbana
4 comentarios
sergisonic -
(una curiosidad: si no contamos tu intro, esta era tu segunda entrada en el blog, que como la mía, ocurría en un vagón de metro :P, además, mi siguiente entrada se llamó "mil colores"... Qué casualidades más bonitas)
un petonet
Brisa -
Gracias Silvia, por tu generosidad pero ciertamente escrito por ti, se lee bien, jajajaja.
silvia -
Me ha gustado todo pero encuentro que las frases que acabo de citar son sencillente perfectas...porque son perfectamente sencillas y mágicas....Congratulations!!!
Raquel -
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Gracias