Rescate
La oscuridad era casi absoluta solo un pequeño rayo de luz que se filtraba por una apertura imposible de tapar le permitía distinguir la noche en la que estaba totalmente sumergida o el día que aparentemente continuaba su ritmo fuera de la habitación donde de forma voluntaria se había recluido.
Era tan densa que sus ojos la podían ver, sus oídos podían percibir su silencio y sus manos, su cuerpo entero podían tocarla, hasta parecía tener olor porque su nariz también podía olerla. Su cuerpo aletargado no quería moverse, no quería dejar de sentir esa sensación que le producía la oscuridad, era todo lo que su ser podía experimentar en esos momentos.
No sabía como en que momento había llegado a ese estado, si había llegado por méritos propios o inducida por otros, pero ahora ya no le importaba, de hecho parecía no importarle nada, sus pensamientos iban espaciándose cada vez más hasta llegar a ser casi inexistentes.
Al principio casi no la notó, la mano que se posó en su hombro la saco del letargo, primero fue un simple contacto casi imperceptible como no podía moverse no podía rehusarla, después noto que la presión se hacía más fuerte y se sintió fundida en un abrazo. Como si de una explosión incontrolable se tratará todas sus células reaccionaron al unísono y el hielo de su alma empezó a fundirse y comenzó a entrar en calor, le gustó tanto la sensación que simplemente se dejó llevar, primero fue su cuerpo que empezó a sentir, luego fueron sus ojos que empezaron a ver la luz y por último fue su mente que empezó a pensar, pero ya era tarde para abandonar, un sólo abrazo había obrado el milagro.
Brisa Urbana
Era tan densa que sus ojos la podían ver, sus oídos podían percibir su silencio y sus manos, su cuerpo entero podían tocarla, hasta parecía tener olor porque su nariz también podía olerla. Su cuerpo aletargado no quería moverse, no quería dejar de sentir esa sensación que le producía la oscuridad, era todo lo que su ser podía experimentar en esos momentos.
No sabía como en que momento había llegado a ese estado, si había llegado por méritos propios o inducida por otros, pero ahora ya no le importaba, de hecho parecía no importarle nada, sus pensamientos iban espaciándose cada vez más hasta llegar a ser casi inexistentes.
Al principio casi no la notó, la mano que se posó en su hombro la saco del letargo, primero fue un simple contacto casi imperceptible como no podía moverse no podía rehusarla, después noto que la presión se hacía más fuerte y se sintió fundida en un abrazo. Como si de una explosión incontrolable se tratará todas sus células reaccionaron al unísono y el hielo de su alma empezó a fundirse y comenzó a entrar en calor, le gustó tanto la sensación que simplemente se dejó llevar, primero fue su cuerpo que empezó a sentir, luego fueron sus ojos que empezaron a ver la luz y por último fue su mente que empezó a pensar, pero ya era tarde para abandonar, un sólo abrazo había obrado el milagro.
Brisa Urbana
4 comentarios
Aida -
Brisa -
Lo de conocida......, quien sabe, aunque en ese caso me tendrías que conocer mucho, pq dudo que lo que yo escribo le pueda sonar a casi nadie.
Aida -
Anónimo -