Miradas de Aire

Camino por una calle cualquiera de mi vida, alguien se detiene frente a mí a modo de aviso, le miro a los ojos pero se ocultan bajo una venda negra de indiferencia, otros se detienen a su vez y pronto un círculo ciego se forma a mí alrededor, empiezo a correr hacía ninguna parte mientras un grupo de sombras parece perseguirme, decido taparme los ojos con las manos dejando rendijas entre los dedos, como cuando era niña y jugaba a no ver mientras miraba, ya nadie parece percatarse de mi presencia, soy una más y se alejan como si un halo de invisibilidad me protegiera, pero el miedo a la oscuridad que se va filtrando por mí alma me despierta de esa pesadilla, tengo los ojos humedecidos por las lágrimas.

Lo siguiente que recuerdo es el agua de la ducha resbalando por mi piel, la calma en la que poco a poco me voy sumergiendo, la sonrisa que viste mi boca desnuda, me miro en el espejo y a través del vaho, veo mi mirada transparente, más brillante que nunca, igual que sucede con las estrellas en las noches más oscuras, empieza a amanecer y soy parte de ese amanecer, salgo hacía la playa, necesito caminar, sentir mis pies en el camino, el asfalto me recuerda que las huellas no son los pasos marcados que se dejan en alguna parte, huellas son aquellas que se dejan en la mirada, en la sonrisa, en el corazón o en el alma de alguien, porque esas son las que no corren el riesgo de borrarse.

Al fin siento la paz en mi interior, esa que andaba buscando, la siento reflejada en el espejo de mi alma, en esas miradas brillantes en las que me puedo reconocer, con las que me cruzo, son esas miradas que no solo ven, que también miran, que se besan con la mía, que me acarician al coincidir, miradas de esperanza, que puedo sentir sin necesidad de que nos miremos, son miradas como la tuya, miradas de aire.

Brisa Urbana

La imagen es un regalo de clo, desconozco su autor, en caso de que le molestará su publicación en mi blog, la retiraría de forma inmediata.