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Claraboya

Ser tiempo

Ser tiempo

Mi cuerpo es unidad, sin nada que perder, sólo se transmuta.

Evoluciona.

 

Apenas recuerdo cómo, de pronto, allí estaba yo, entre un montón de gente desconocida pero cercana. Todos eran diferentes, eso les daba un matiz de sintonía, armonía igualitaria, azul. En otro tiempo, habría salido corriendo antes de que nadie se diera cuenta de mi presencia, pero ese día, decidí quedarme, haciendo caso omiso a las interrogantes miradas, me dejé llevar, comencé a moverme al ritmo de los tambores, la música, las palabras, los silencios, hasta quedar fijada en ese paisaje en movimiento. Una pincelada más de la obra de un artista.

Olvidé que para bailar debes aprender antes los pasos, me sumergí en la danza, bajo mis pies descalzos, ya no sentía la humedad, el olor a tierra húmeda, se mezclaba con el humo, con los latidos de mi piel, una especie de conjuro hacía que la luna brillará marcando su redondez. Sus manos fueron enmarcando primero mi rostro, luego mi cuerpo, sin tocarme, todo eran sensaciones, perdidas en la infinitud de un tiempo que logré recordar sólo a través del movimiento.

Dicen que las almas gemelas se encuentran una y otra vez hasta que cumplen su misión, yo creo más bien, que lo hacen hasta que logran convertirse en una sola alma, como cuando bailas pegado, trancendiendo más allá de la música, de la luz, del tiempo, siendo todo contigo mismo.

Tal vez por eso, cuando miras a los ojos de alguien y sientes, sabes que es, una de esas almas gemelas, algo te empuja a seguir creciendo, a tomarle de la mano, agradeciendo la oportunidad que te da la vida. Si tienes la suerte de tener en tu vida a más de una de esas almas, puede ser un Don, simplemente aprécialo y vívelo.

Brisa Urbana

Imagen:Marina Podgaevskaya (Gracias Clo)

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