Avanzar serena
Hace frío ahí fuera, necesito unas gafas que aíslen mi ceguera, que me permitan mirar el mundo con la serenidad y la nitidez que se contempla desde una cima recién alcanzada. He decidido comenzar a ascender, dispongo de suficientes recursos y del material necesario para iniciar la escalada en solitario, para cualquier observador externo parecería una gran locura que me aventurará a subir esa empinada montaña que tengo ante mí, ya se que algunos pocos que han logrado llegar a su cima, me animarían deseando poder compartir el maravilloso paisaje que se puede disfrutar desde arriba, pero la gran mayoría intentaría frenar mi intento ya que las posibilidades de éxito de alcanzar una cima elevada en esas condiciones serían casi nulas.
Así que podría desistir en mi propósito, total lo que se ve desde cualquier cima puedo contemplarlo en una fotografía como la que acompaño a mí post o incluso disfrutar de una sesión de cinemax, de esas envolventes en tres dimensiones. Pero existiría otra posibilidad, podría entrenarme para lograr forma física, podría poco a poco ir poniéndome objetivos más complejos, podría reunir un buen material y sobre todo encontrar un buen equipo de seres humanos con quien compartir mi viaje, en gran parte el éxito de cualquier escalada al igual que de cualquier empresa está en el factor humano.
Algo que es tan obvio cuando hablamos de ciertos objetivos, se nos ocurre pocas veces en nuestra propia experiencia de vida, más de una vez hablo sobre lo importante que es para mí mi equipo de vida, porque a pesar de que los pasos para avanzar siempre son míos, sintiéndome acompañada me siento mucho más segura, incluso en esos momentos en los que no necesito ayuda alguna. Porque es cierto que no siempre soy capaz de estar en todos los detalles, es cierto que a veces me siento cansada y me sienta bien que alguien me tienda sus manos y casi tire de mí durante un tramo, es cierto que a veces cuando me detengo para observar quien se mueve, si el paisaje o yo, para estar segura de que no vivo en una ilusión, beber a sorbos el amor que alguien me ofrece calma la sed de mi alma y me da la tranquilidad y la energía que necesito para continuar.
Gracias por que si me hubiera decidido a caminar sola, aún estaría en el primer campamento base.
Brisa Urbana
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