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Claraboya

Soñándote

Soñándote

Hay muchos tipos de sueños, algunos se cruzan en nuestra vida, invisibles a nuestra memoria, otros los reconocemos justo cuando nos envuelven en su halo de realidad. Suceden, simplemente suceden. Solo nuestra intuición es capaz de sentir que esa realidad llevaba cultivándose mucho antes de que pudiéramos tocarla, sentirla, acariciarla entre nuestros dedos. Tal vez empezó a existir mucho antes de que tuvieramos un nombre con el que protegernos, un nombre que nos hiciera olvidar lo que podemos llegar a ser, si tan solo, nos atreviéramos a retirar esa etiqueta y nos sintiéramos libres, más allá de un nombre o del significado que otros puedan darle.

Puede que desentumecer nuestros cristalinos pensamientos, tan opacos en ocasiones, llenándolos de luz,  nos ayude a poder creer en lo que somos, nos ayude a recordar las cosas que nos hacen sentir bien, es algo que de niños teníamos claro. Todos soñamos alguna vez en que encontraríamos a nuestra alma gemela, que con una sola mirada, sabríamos que había merecido la pena esperar. Aunque nadie nos dijo que nuestra vida es aun más rica que todo eso, que el amor es mucho menos limitante, que podemos encontrar incluso a más de un alma gemela, nadie nos dijo lo que pasaría, si dejábamos de soñar y matábamos la esperanza. Tal vez por eso, dejamos de mirarnos a los ojos y caminamos deprisa, cabizbajos, para que nadie descubra lo que no queremos ver.

Los mejores sueños, son esos que se acurrrucan en nuestra piel desnuda al amanecer, mientras nos abrazamos a su tibieza. Son aquellos que nos despiertan con una sonrisa, son aquellos que podemos compartir, mientras alguien nos escucha con la mirada iluminada,  nos rocía las manos de ternura y nos sigue recordando que, a pesar de que todo parece indicar lo contrario, si sigues las señales de tu corazón, los sueños pueden hacerse realidad.

Juntos podemos volvernos a soñar y así reinventarnos...

Brisa Urbana

Foto: ?? Gracias..

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