El amor no se puede domesticar

El amor domesticado no es amor, es otra cosa.

¿Nacemos libres?

 

A veces siento que confundimos desapego con separación, cuando el apego es lo que nos separa, porqué la esclavitud a que nos lleva, no se puede considerar amor.

En una sociedad llena de leyes y más leyes, de normas, que constituyen una especie de tela de araña a nuestro alrededor. Forjada de tal manera, qué asusta separarse, casi tanto como quedarse atrapados en ella.

Sentimos miedo a lo desconocido, miedo a explorar, miedo a comprometernos, miedo a la soledad, al compromiso, miedo a partes iguales, al amor y al desamor, a la muerte y a la vida, ¿Qué nos queda?

Puede que atrevernos a explorar y dejarnos llevar por el verdadero motor que hace avanzar la vida, el amor, pongamos un poco de pasión a nuestros días ¿Empezamos con una sonrisa? Parece fácil y seguro...

 

Brisa Urbana

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